Este último trimestre, en la
asignatura de Referentes Clásicos, algunas alumnas de 2º de
bachiller hemos leído el libro de El hostal de los dioses
amables, de Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999).
El hostal de los dioses amables, es una
obra que narra las hazañas de unos héroes que tienen miedo de que
nadie piense en ellos de modo que acaben siendo olvidados y, por
tanto, desaparezcan.
La historia acaba con Freddy y
Elisabeth, sentados en el banco de un parque, y que después de haber
vivido un sueño en común, Artemisa saca afuera sus almas y se
encuentran como dos desconocidos. Empiezan a hablar y se presentan,
él en realidad se llama Eduardo y ella Miriam.
A partir de aquí, se nos ha propuesto
en clase que innovemos un final para esta historia:
Siguen hablando largo y tendido cuando
de repente Miriram mira la hora en el reloj y ve que se le ha hecho
demasiado tarde. Antes de irse se despiden con un beso y deciden
quedar al dia siguiente en ese mismo banco a las cinco en punto.
Pasan varios meses conociéndose y se unen cada vez más.
Un día, Miriam llega al parque donde
conoció a Eduardo y donde había quedado con él para comunicarle
una noticia. Después de estar esperándole casi una hora le llama al
teléfono y éste contesta diciéndole que no va a ir, que la odia y
no quiere saber nada de ella. Miriam, angustiada, se va a casa, y no
podiendo aguantar la situación en que se encontraba, escribió una
nota a Eduardo en la que decía que estaba embarazada e
inmediatamente se suicida. En ese mismo instante llega al móvil de
Miriam un mensaje de un número desconocido en el que decía:
Cariño, me han robado el móvil y no
he podido ir a la cita porque estaba arreglando todos los papeles. Ya
voy para casa.
Pero, irremediablemente Miriam ya se
había quitado la vida y Eduardo ya no pudo hacer nada para arreglar
la situación.
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