Después de haber leído El hostal de los dioses amables de Gonzalo Torrente Ballester, he elaborado un final diferente:
Entonces comprendieron que fueron esos dioses
quienes les unieron y les pusieron esos nombres. Y así, tanto Miriam
como Eduardo, creyeron en ellos y los dioses volvieron a ser las
mismas divinidades que en la antigüedad, devolviéndoles todos sus
poderes.
En cuanto al Hombre Aquel, los dos enamorados con la
ayuda de los dioses, se deshicieron de él salvándole la vida a
Patricio, quien años más tarde falleció y dejó el hostal, donde
los dioses se habían refugiado, a Miriam y Eduardo.
Todos los dioses en agradecimiento por alargar más
su existencia, de tanto en tanto iban a visitarles trabando así una
amistad entre dos mortales y las divinidades del Olimpo.
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