EL ORIGEN DE HELENA DE TROYA

Hola de nuevo bloggeros/as!

Después de haber visualizado tres películas que narran la vida Helena de Troya, que son, Helena de Troya (1956), Helena de Troya (2003), Troya (2004) , os voy a explicar el origen de la reina de Esparta, Helena.

Como tantas otras veces, Zeus se enamoró de una mortal. En este caso fue Leda, hija del rey de Etolia, Testio a quien sedujo convertido en cisne. Tras la unión con Zeus, Leda puso un huevo del que nació Helena. Con Tindáreo, su esposo, Leda tuvo a Timandra, Clitemestra, la futura esposa de Agamenón, y a los Dioscursos: Cástor y Pólux.

La belleza de Helena era sobrehumana, pero sólo Leda conocía su origen divino. Pronto se hizo famosa su beldad por toda Grecia y tuvo hasta noventa y nueve pretendientes, todos ellos reyes y príncipes de las distintas ciudades griegas. Su padre, Tindáreo, ante el número y categoría de los pretendientes, temió que si se la entregaba a uno, los restantes quedarían descontentos. Así para evitar una posible guerra, hizo caso del consejo de Ulises, que le proponía que todos los pretendientes se comprometieran bajo juramento a acatar la decisión de Helena y a unirse para auxiliar en cualquier adversidad al esposo que ella eligiera.

Helena eligió a Menelao, rey de los espartanos. Tras las bodas, celebradas con gran pompa, los esposos se instalaron en la corte de Esparta. Allí vivieron felices hasta que un buen día llegó una comitiva real de la lejana Troya. Comitiva que estaba presidida por el príncipe Paris, quien sedujo a Helena y se la llevó a su tierra. Cuando su esposo Menelao se enteró de la afrenta, mandó en repetidas ocasiones embajadas a Troya, pero sin ningún resultado. Al final, reunió a todos los reyes griegos, quienes habían hecho el solemne juramento. Todos decidieron formar un gran ejército para asediar Troya y rescatar a Helena.

Helena partió con Paris hacia Troya, donde fue bien recibida por Príamo y Hécuba. En la bien amurallada ciudad vivió la esposa de Menelao con el príncipe Paris hasta que acabó la guerra. Durante los combates se asomaba a la muralla para indicar a los guerreros troyanos quiénes eran los principales caudillos griegos. A pesar de su inestimable ayuda, los habitantes de Troya ya desconfiaban de ella. Todos le echaban la culpa de la guerra, a excepción de Príamo y Héctor, que creían que la contienda se debía a la voluntad de los dioses.

Pero la reina de Esparta estaba definitivamente al lado de su amado Paris. Durante la última noche de la guerra, cuando los troyanos aceptaron el caballo de madera como regalo de los griegos, Helena adivinó que su vientre escondía a los principales líderes helenos. Entonces comenzó a imitar las voces de sus esposas enterneciendo el corazón de los guerreros. La última estrategia del ejército aliado se salvó gracias al astuto Ulises, pues adivinó que era Helena quien producía las voces.

Aquella noche los griegos arrasaron Troya. Menelao llegó hasta los aposentos reales, donde se encontró con su legítima esposa. Con la espada en alto se decidió acabar con su vida, pero cuando contempló su extraordinaria belleza, la perdonó y regresó con ella a Esparta. La historia mitológica convirtió a Helena en mujer fatal.